Vicente, a la derecha de la fotografía, vive su pasión por el cicloturismo al más puro estilo QH: con amigos y primando la experiencia completa en grupo por encima de todo… Aunque siempre dando el 100% en la preparación para buscar la mayor satisfacción personal en el resultado. Competidor y deportista nato, nos cuenta cómo vivió la fortuna de poseer el número de preinscripción 3.553, el número de corte de la QH2023.
¿Estabas pendiente del sorteo de la Quebrantahuesos?
Sí, estaba pendiente y en general estoy muy pendiente de la actualidad, también muy activo en el foromtb, que es dónde lo vi. Por la mañana pregunté si había salido y cuando contestaron que sí y lo vi dijie: “Este número me suena mucho… ¡No me fastidies, que es el mío!”.
¿Qué piensas en aquel momento?
Sentí alegría porque era yo el que había encaminado a la gente a hacerlo mediante al sorteo. He ido en otras ocasiones con Pack, y otra vía sorteo, pero ya hace muchos años… Estuve muy contento porque la primera vez que me apunté al sorteo, mucho tiempo atrás, me quedé fuera. Entonces, al ver que me tocaba el número y estaba dentro, sentí alegría por algo conseguido, por cerrar el círculo de alguna manera.
Tu eres el poseedor del número de la suerte, pero vienes acompañado…
Sí, somos un grupo de amigos al que también nos gusta este tipo de experiencias. Yo soy un poco el nexo porque resido en Castellón, pero durante el verano lo hago en una localidad costera, donde salgo con un grupo de amigos; y durante el invierno, lo mismo pero con mis amigos de aquí. Entonces, vamos amigos del grupo de verano, otros del invierno, unos de Barcelona, de Valencia, Castellón…
¿Y cómo surge la idea de apuntaros a la Quebranthauesos?
Pues como grupo siempre intentamos organizar algún viaje conjunto para hacer alguna prueba del estilo. Hemos hecho alguna de carretera parecida y también de montaña: normalmente muchas de carretera y menos de montaña. Pero para nosotros lo más importante es hacer una juntos para poder disfrutar de viaje y de la experiencia en general.
Tú ya habías venido a la Quebranthuess, ¿Qué recuerdos tienes de tus experiencias?
Recuerdo que cuando todavía no la había hecho, para mi era lo más. No había hecho pruebas de este tipo… La prueba me dio una visión de día de ciclismo que yo no conocía, con esos volúmenes y esos colosos en el Pirineo. Desde entonces, la QH es preferente en mi opinión. Lo ha sido y sigue siéndolo. Es una experiencia que aconsejo a cualquiera y lo digo siempre: tienes que hacer una Quebrantahuesos.
Hace años que la disfrutas, ¿Has sido siempre un amante de la bicicleta?
A los 15 años empecé a correr y estuve cerca de entrar en la preselección para Barcelona 92 en los 1500m, pero no entré y bueno, lo típico de entonces. Seguí corriendo, me fui a la mili y entonces pillé la primera fiebre de la BTT, algo que combiné luego con el duatlón. Competía. Más tarde entró la bicicleta de carretera y con la edad vas quitando cosas… Hasta que te quedas con una.
Siendo tan deportista, ¿Habrá un poco de pique con los amigos, no?
Somos amigos, pero hombre… Hay pique. Por un minuto en una prueba nos lo recordamos años. Es un pique sano porque si no es más que un pique. Sin embargo, aunque ya tengo 50 años, tengo la misma ilusión que hace 20. Tengo mi objetivo, mi plan y mis pautas porque si no, no puedes afrontar una prueba así para sufrir más de lo debido.
El lado deportivo lo pones sobre la mesa y entrenamos con un objetivo, pero nos gusta compartirlo como una experiencia. Te puede salir un mal día, tener una mala meteorología o sufrir un pinchazo desafortunado. Si lo reduces al resultado, creo que te estás equivocando.